Recientemente una compañía de la UE se puso en contacto con nosotros para que les asesoráramos en una transacción de un importe considerable por medio de un fondo británico junto con otros inversores de Asia y EEUU.
La operación implicaba a empresas en Austria, Portugal y Argentina con trabajadores y freelances en todo el mundo, y con management español.
Pese a su complejidad, todo ello no resulta extraordinario si no fuera porque es una operación en el sector Tech. Y a los naturales problemas del mix jurisdiccional, se ha de añadir que los únicos activos son intangibles: talento y derechos de propiedad intelectual.
Y ahora los intangibles, esencialmente el software, son mucho más complejos y fluidos de lo que era habitual.
Si hacer una due dilligence de software de Open Source es complicado, cuando las transacciones son en plataformas blockchain con criptomonedas y los entregables son NFT customizados para el Metaverso, este humilde letrado es consciente de que debe desaprender todo lo conocido y aceptar que las reglas del juego han cambiado
En M&A Tech el talento y la tecnología son los reyes. Y en ambos casos, al ser activos intangibles requieren un enfoque más basado en la capacidad de dar alas a los creadores y flexibilidad en las estructuras, que garantizar ingentes beneficios económicos.
Las fusiones y adquisiciones en el sector tecnológico (M&A Tech) se cierran en múltiplos de EBIDTA distintos de las operaciones convencionales. Una decisión técnica de GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) puede tumbar una operación a punto de cerrarse por la limitación tecnológica que implica; también se han de tener en cuenta factores extraordinarios como los embargos americanos de tecnología a países como Cuba, las limitaciones en tecnologías de doble uso civil y militar o la imposibilidad real de limitar la transferencia de know-how.
En el sector Tech, los abogados nos hemos visto siempre obligados a olvidar lo aprendido por la acelerada obsolescencia tecnológica. Y resulta desconcertante darte cuenta de que, en una determinada transacción, los únicos que saben de lo que realmente se está hablando son comprador y vendedor porque el nivel de innovación es tan alto que con frecuencia nos enfrentamos a modelos de negocio sin precedentes.
Basta con mirar la lista Forbes de los últimos años para entender que el sector Tech es dominante en la economía internacional y el nuevo y brillante objeto de deseo de los fondos de inversión y venture capital.
En las operaciones de M&A Tech es habitual que los asesores legales sean profesionales del sector Tech que aprenden a gestionar operaciones. No es fácil encontrar estos perfiles porque además de entender la tecnología, requieren un nivel de idiomas top y experiencia en operaciones multi jurisdiccionales.
No deja de sorprender la desidia en la protección de su propiedad intelectual e industrial que aplican la mayoría de las empresas y su reticencia a invertir en procesos de I+D+I.
Quien no sepa gestionar sus activos intangibles no saldrá en la foto y se quedara fuera a corto plazo. La nueva riqueza es digital.